Cuando el balón comenzó a rodar este lunes 18 en el Estadio de Bloomfield, Argentina y Uruguay alcanzaron la edición 192 de su historial de enfrentamientos, lo que consolida al clásico rioplatense como el partido de fútbol más veces disputado en la historia del fútbol mundial.
Herencia inglesa en el Río de la Plata
Los dos países, divididos por los ríos Uruguay y de la Plata, fueron pioneros en la práctica del fútbol en Suramérica, gracias a la importante inmigración británica que recibieron en los inicios del siglo XX. En efecto, fueron los trabajadores ingleses que desembarcaban en el Río de la Plata para dinamizar la incipiente actividad industrial quienes se transformaron en los primeros practicantes del deporte que rápidamente sedujo a los criollos.
Argentina fue la primera en tener su propia federación de fútbol con la creación de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en 1893. Siete años después se fundó su par uruguaya, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Con el fútbol ya disputándose de forma oficial en ambos países, llegaron los primeros partidos entre ambas selecciones, en un contexto en el que no les era fácil conseguir otros rivales.
El primer clásico del Río de la Plata que se considera oficial se produjo el 20 de julio de 1902 en el estadio del club Albion de Montevideo. La primera victoria fue para Argentina por 6 goles a 0, frente a 8.000 espectadores que presenciaron el inicio de una histórica rivalidad.
El segundo encuentro llegaría en 1903 para darle la primera victoria a Uruguay. En aquella oportunidad, el combinado celeste triunfó por 3 goles contra 2, en un encuentro en el que estuvo integrado exclusivamente por jugadores del Club Nacional de Football.
A partir de allí llegaron infinidad de enfrentamientos. Dado que en esa época —no existieron Campeonatos Suramericanos hasta 1916— no solían haber demasiados torneos internacionales, Argentina y Uruguay organizaron varios torneos amistosos que les permitieron enfrentar a sus seleccionados, al menos, a razón de una o dos veces por año.
Así nació, por ejemplo, la Copa Lipton, un trofeo donado por el magnate británico del té Thomas Lipton, que se disputó en 29 oportunidades entre 1905 y 1992. También surgieron torneos amistosos similares como la Copa Newton, disputada 27 veces entre 1906 y 1976, o las copas de Honor Argentino y de Honor Uruguayo, según la sede en la que se jugaba.
Pero no todos fueron amistosos. La rivalidad entre ambos países también creció gracias a la cantidad de finales que tuvieron a ambos países como protagonistas. Son recordadas —especialmente por los uruguayos— las finales de los Juegos Olímpicos de 1928 en Ámsterdam y de la primera Copa Mundial de Fútbol organizada por la FIFA en Uruguay en 1930. Ambas terminaron con victoria de Uruguay por 2 a 1 y 4 a 2 respectivamente.
Además de otorgarle a Uruguay su primera victoria, aquella final abonó el mito de la naturaleza aguerrida de los futbolistas uruguayos. Al día siguiente del encuentro, medios argentinos se hicieron eco de presiones y amenazas proferidas desde el entorno de la selección uruguaya contra los futbolistas argentinos para evitar que ganaran.
Las selecciones dominantes de Suramérica
El historial también marca un protagonismo absoluto de ambas selecciones en la Copa América, el torneo de selecciones más importante del continente americano. Ya sea en finales directas o en régimen de liguilla, ambos países definieron el trofeo entre ambos en doce ocasiones. Además, son los máximos ganadores de la copa, Uruguay con 15 y Argentina con 14 ediciones cada uno.
Contando todos los partidos, la historia marca una superioridad argentina con 88 triunfos contra 57 de Uruguay. El empate en Tel Aviv fue el número 47 entre los vecinos del Río de la Plata.
La rivalidad histórica también mostró su contracara en 2001, cuando en la última fecha de la fase clasificatoria para la Copa Mundial de Corea y Japón 2002, Argentina y Uruguay se enfrentaban en Montevideo. Mientras el seleccionado argentino ya tenía su presencia asegurada en el mundial, Uruguay necesitaba un empate para no depender del resultado de Colombia, el otro candidato a obtener el quinto puesto.
Cuando iban 1-1, y al conocer que Colombia ganaba por 4-0 a Paraguay, los futbolistas argentinos y uruguayos centraron su juego en pases laterales, diluyendo el peligro y asegurando el empate. Los futbolistas de ambos combinados negaron varias veces que haya existido un acuerdo y finalmente Uruguay fue el quinto clasificado por Suramérica.